Desde su estreno en el Teatro de la Zarzuela de Madrid La Bella Otero se ha estrenado en ocho ciudades, en distintas giras nacionales e internacional
La Bella Otero llega al Palacio de Congresos y Auditorio de La Rioja tras una temporada pasada llena de éxitos.
Esta vez llega con una única fecha, el 3 de febrero,
en la que el Ballet
Nacional de España viene acompañado de Patricia Guerrero y con la colaboración especial de Maribel Gallardo para ambas hacerse
cargo del papel protagonista.
La Bella Otero puede ser considerado un “ballet operístico” en el sentido amplio de la palabra. Se trata de un espectáculo de gran formato, tanto por número de bailarines como por despliegue de vestuario, que recrea el mundo de la Belle Époque Parisién, como por el desarrollo dramatúrgico de la historia.
Rubén Olmo ha
puesto la danza al servicio de la historia para conseguir la fusión de estilos,
desde el folclore al flamenco y la danza estilizada, para contar bailando la
historia de una mujer que se inventó a sí misma a partir de un suceso trágico
de su infancia y triunfó como artista y cortesana para terminar arruinada por
el juego.
“Siempre he comentado que, hace muchos años, cuando ni
siquiera había iniciado mi carrera como coreógrafo, encontré unas postales de
la Bella Otero en una tienda de segunda mano. Cuando descubrí que una de las
mujeres más famosas de su época era de una aldea de Pontevedra tuve claro que
tenía que crear un ballet sobre su vida. Pero sabía que necesitaba tener el
respaldo de una gran compañía para poder realizarlo como lo imaginaba, como un
espectáculo de gran formato; dirigir el Ballet Nacional de España me ha
permitido hacerlo realidad”, explica Rubén Olmo sobre el origen de su
coreografía.
El argumento, dramatizado por Gregor Acuña-Pohl, ha seleccionado algunos de los momentos más destacados de la biografía de la artista que pudieran expresarse mediante la danza sin intentar ser exhaustivo. “He intentado ceñirme al personaje histórico y hacer de ello un ballet que emocione al público, sin juzgarla. Lo más importante para mí era mostrar una persona con mucho magnetismo, carisma y fuerza”.
La bailarina Patricia
Guerrero está muy emocionada de volver a retomar este personaje desde su
última presentación. “Soy muy consciente
de dónde estoy y de la gran responsabilidad que conlleva mi personaje. Tener
este reto entre las manos está sacando de mí el cien por cien. No existen
imágenes grabadas de su movimiento ni de su expresión artística, por lo que la
danza de la Otero en este proyecto será mi danza”.
Actualmente es una figura relevante en el flamenco de
vanguardia, recibió el Premio Nacional de Danza de Interpretación en 2021 y a
finales de 2023, ha sido nombrada nueva directora del Ballet Flamenco de Andalucía. Para
Patricia Guerrero “La Bella Otero es
una obra dura en su fondo, pero es dinámica, divertida, fresca, y con un
colorido y energía que nos hará disfrutar a todos, dentro y fuera del
escenario”.
Para encarnar a la protagonista en sus últimos años,
Rubén Olmo ha contado con la colaboración especial de Maribel Gallardo, maestra repetidora del Ballet Nacional de España.
“Volver a retomar el personaje de Madame Otero, además de lo que supone meterte
en la piel de una mujer tan apasionante a pesar de su trágica vida, conlleva
revivir la emoción de sentir el escenario y el calor del público.
Lamentablemente la vida artística de un bailarín es muy corta y en escasas
ocasiones la vida te regala una oportunidad como la que afortunadamente estoy
viviendo, intensamente y agradecida”, afirma la bailarina gaditana.
La música de este ballet operístico fue creada por el
compositor y director Manuel Busto,
que coordinó a los músicos de distintos estilos que han compuesto la música
para este ballet, integrándolos en la partitura sinfónica creada por él.
El resto de composiciones de la obra han sido
realizadas por: Alejandro Cruz
Benavides, Agustín Diassera, el grupo Rarefolk y los guitarristas flamencos
Diego Losada, Víctor Márquez, Enrique
Bermúdez y Pau Vallet.
Junto a la creación de una partitura tan compleja y
variada, otro de los retos de este ballet dramático ha sido el diseño de los
cerca de 200 figurines necesarios para vestir a los bailarines en épocas y
escenarios tan diversos como una aldea gallega, el París de la Belle Époque, o
un café cantante. La diseñadora canaria Yaiza
Pinillos está especialmente orgullosa de la reelaboración personal que ha
realizado del traje de pedrería de inspiración bizantina que la Bella Otero
viste en uno de sus retratos más icónicos. A la dificultad de diseñar un
vestuario que refleje una época pero que permita bailar y cambiarse fácilmente
entre escenas se suma el uso de pelucas, barbas, bigotes y sombreros que exigía
la caracterización de los personajes.
Para el escenógrafo Eduardo Moreno, el desafío fue diseñar un solo elemento arquitectónico que ayudará a identificar temporalmente y geográficamente cada una de las escenas con unos simples añadidos. La iluminación diseñada por Juan Gómez-Cornejo, por su parte, arropa a los bailarines aportando un elemento emocional a cada ambientación.
La Bella Otero desde su estreno en el Teatro de la
Zarzuela de Madrid en 2021, también ha salido de gira a Sevilla, Albacete,
Málaga, Lorca, Bogotá, Granada, Oviedo y este pasado diciembre ha pasado por
los Teatro del Canal en Madrid.
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