miércoles, 24 de junio de 2015

Elena Arzak Espina: ‘LA COCINA ESPAÑOLA SE ESTÁ EMPEZANDO A EXPORTAR’




Nos recibió hace unos días, tras la presentación de Samsung Chef Collection, vestida como si saliera de la cocina de su restaurante, con chaqueta blanca cruzada de chef y pantalón negro. A la vez que nos saluda, con una agradable sonrisa, se quita el delantal y se dispone a hablar con nosotros, atusándose el pelo, perfectamente recogido en una coleta.

Elena lleva un apellido con aroma, sabor y tradición; es hija de todo un referente de la gastronomía mundial, Juan Mari Arzak, de quien habla con pasión, cariño y muchísimo orgullo, ‘mi padre ha aportado a la cocina seriedad, respeto y a la vez alegría por lo que hace, creo que han sido los valores que ha inculcado a las siguientes generaciones de cocineros, que pienso, son muy importantes’. En cambio, de ella habla con modestia y cierto pudor ‘lo que yo he aportado… todavía… (reflexiona unos instantes)… dentro de unos años se veráyo no pienso en lo que he aportado’


Descubrimos a una mujer de trato cercano y cariñoso, que representa la cuarta generación familiar dedicada a la cocina, que con profesionalidad, trabajo, investigación y mucho entusiasmo, han conseguido revolucionar la gastronomía vasca hasta crear un sello propio dentro del arte culinario, alcanzando un equilibrio perfecto entre vanguardia y tradición.
Dentro de la alta cocina, que parece estar en manos de los hombres, Elena es una de las pocas mujeres que ha logrado hacer realidad su vocación y situarse, por meritos propios, muy alto dentro del mundo de la cocina internacional. 
Para conocer su trayectoria, que mejor que unas breves pinceladas de la biografía de esta mujer que siempre tuvo clara su vocación, por lo que tras estudiar COU, en el Colegio Alemán de San Sebastián, continuó su formación en la Escuela de Hostelería Schwezerische Hotelfachschule Luzern de Suiza, al finalizar comenzó a trabajar en grandes restaurante de toda Europa como La Gavroche (Londres), Vivarois  y Pierre Gagniere (París) , Louis XV (Montecarlo), Antica Hosteria di Ponte Cassineta (Lugano) o El Bulli (Rosas-Gerona), restaurante de Ferrán Adrià.
Después de este excelente peregrinaje profesional, comenzó a trabajar en el restaurante de su familia que actualmente dirige junto a su padre.
En su haber tiene el galardón de la Mejor Chef femenina del Mundo Veuve Clicquot, en el año 2012. 

Que mejor que una profesional como ella para hablar de rutas gastronómicas. Centrándose en España nos dice ‘yo el País Vasco lo conozco bastante bien y, por supuesto, siempre invito y animo a la gente a que venga’. A la hora de recomendarnos un lugar nos asegura que le resulta muy difícil porque ‘mi ruta sería muy larga, ya que me gusta comer por toda España’
Siendo así, te proponemos que nos diseñes un menú, el primer plato, ¿cuál sería?
El primer plato… iría a comer marisco a Galicia
¿y el segundo?
Luego a La Rioja a comer verduras
¿y de postre?, si te apetece o eres golosa
Sí que lo soy, de postre, iría a ver a mi amigo Paco Torreblanca (Se ríe refiriéndose a este extraordinario repostero alicantino)
¿y qué postre pedirías?
Algo de chocolate o con turrón, me encanta el turrón…
Tras esta breve, pero magnífica ruta gastronómica, hablamos sobre su padre, y la preguntamos  las diferencias que hay entre la cocina de él y la de ella, a lo que nos responde, ‘bueno para empezar, tengo que decir que hay muchas similitudes, porque tenemos gustos muy parecidos.
Lo cierto es que me hemos hecho pruebas a ciegas, en las que hemos probado diferentes salsas, y sin saber cuál le ha había gustado al otro, coincidíamos, pero en cambio en la manera de cocinar mi padre compone los platos con más elementos y los míos llevan menos, entonces hemos hecho una mezcla entre su estilo y el mío y ha funcionado bastante bien.
¿Qué prefieres la cocina tradicional o la moderna?
Me gusta la cocina moderna, pero sin olvidarme nunca de la tradicional, que es la base de todo.
¿Cómo dirías que se come en España?
Muy bien… se come muy bien y en todas partes…, creo que a día de hoy España es un mosaico de culturas y en todos los sitios se come muy bien…
¿Qué lugar ocuparíamos en Europa si se hiciera un ranking?
Pienso que no se trata de hacer una competición ni compararnos con otros, porque cada país es independiente, Francia tiene una historia gastronómica, Italia otra, España la suya, etc.… Lo que significa mucho, y hay que intentar no perderlo, es el respeto que tienen en Europa a la cocina española, es  más la cocina española se está empezando a exportar, que hasta ahora no se había exportado, entonces, creo que estamos muy arriba.
¿El turismo gastronómico piensas que está lo suficientemente potenciado?
Hay ciertas zonas que sí, y funciona muy bien, como puede ser en el País Vasco, que es, sin duda, lo que más conozco, pero creo que en toda España está empezando a funcionar un turismo gastronómico importante, tanto de cocina como de vinos… es un turismo distinto y todos los diferentes tipos de turismo hacen falta, el de playa, el cultural, el gastronómico y creo que se está haciendo muy bien, pero que muy bien…

¿Qué proyectos tienes para un futuro próximo?
Primero, mi mayor ilusión es seguir donde estoy, en el restaurante de mi familia, que mi cocina siga gustando y ampliar mi abanico de posibilidades, pero sin olvidar lo que es mi casa.
Nosotros asesoramos a un restaurante en Londres, también  me gusta hacer cosas paralelas pero sin que me despisten de lo que es mi actividad central, es decir que esas cosas no lleguen a afectar al Arzak, entonces en un futuro me gustaría seguir haciendo eso…
Sé que en un futuro echaré muy en falta a mi padre porque estamos muy unidos y seguro que me acordaré de muchas cosas que me ha dicho él y que me dice ahora… (Sonríe recordando…)
¿Los programas de televisión sobre cocina, como Master Chef, crees que benefician o perjudican?
Yo digo que benefician, porque pienso que a día de hoy hay mucha información a nuestro alrededor, pones la tele y hay un montón de canales, la gente hace zapping como loca, estamos acostumbrados a cambiar de cadena, en Internet hay también un montón de posibilidades, y creo que cuantos más programas e información de gastronomía haya, mejor, porque además hay gustos variados, a cada uno le gusta un tipo de programa, desde el más divertido, donde  el cocinero habla mucho, a otros que el cocinero habla poco, entonces cuantas más posibilidades haya, mejor y más positivo…
Lo cierto es que hay mucha gente que les gusta y los ven. Creo que el que se apunta a este tipo de concursos ya sabe lo que es, nadie le ha obligado, la gente va voluntariamente…
Un estudio reciente señala que la segunda vocación en España, de los chavales es querer ser chef…
(Nos mira un tanto escéptica) y se lo confirmamos:
Sí, los jóvenes quieren ser chef.
Se ríe antes de decir:
Pues yo recomiendo a los jóvenes que si quieren ser chef o cocinero, que lo primero que tienen que hacer es formarse académicamente muy bien, hay muchas escuelas, y muy buenas, en España, y luego como todo, hacer muchas prácticas, pero luego, como ocurre en otras profesiones, a ver quién termina siendo chef…
O termina siendo un cocinilla…
Sí, pero lo ideal es hacer una mezcla entre teoría y práctica y aún así  a ver cuántos acaban consiguiéndolo, porque es una profesión muy vocacional y muy pasional…
¿Hay que ser pasional para ser cocinero?
Sí, sí,… no tienes horas, aunque la verdad es que eso nos da igual, estamos muy acostumbrados, tienes que vivirlo, tienes que ver como es ese mundo…


jueves, 18 de junio de 2015

CANALES: UN CORAZÓN ABIERTO EN CANAL



Antonio Canales presenta ‘Una moneda de dos caras’ 

 

Mientras esperamos, nos llega el armonioso sonido del taconeo de quienes practican sobre la tarima de baile. Estamos en la Universidad del Flamenco, en Madrid,  donde hemos quedado con Antonio Canales.
Sin duda, un lugar idóneo para hablar con este bailaor que a sus 53 años presenta ‘Una moneda de dos caras’ su último espectáculo, el más personal y con en el que está dispuesto a abrir su corazón.    
En el Centro Superior de Estudios del Flamenco es el lugar donde Canales comparte con nosotros unos momentos de conversación antes de comenzar sus ensayos. Vestido con camiseta y pantalón negro, un aspecto desenfadado y jovial, al que une un sombrero estilo gondolero, por el que se escapa un flequillo rebelde y una pequeña coleta. Luce una barba recortada que resalta su característico lunar en la mejilla derecha.


Subimos con él a una espaciosa sala de ensayo, rodeada de espejos, algunas sillas, una batería y un piano, aquí comenzamos a hablar  de su último espectáculo  y de algunas otras cosas.
Se expresa con las manos, que mueve constantemente con elegancia, con los ojos, que miran intensamente,…, trasmite felicidad, pasión e ilusión por lo que hace, ‘para ser una figura grande de la danza te tienes que entregar día a día. Yo todos los días me levanto con ilusión’ nos dice como clave del éxito este consagrado artista, uno de los más grandes del baile flamenco, cuya huella en la danza española e internacional es, sin duda, imborrable.
Cuando nos sentamos, nos da paso a hacer la primera pregunta con un cariñoso ‘cuando quieras corazón…’, y así empezamos…
¿Qué nos dirías de tu último espectáculo, ‘Una moneda de dos caras’?, en el que no solo bailas sino que interpretas……
Sí, en este espectáculo actúo, canto, interpreto, bailo muchísimo, es una hora y veinte sin salir de escena, es un monólogo, un monólogo descarnado, con dolor, aunque también con tintes de humor, con muchos gags, donde hablo de los dos personajes que hay dentro de mí, Antonio Gómez de los Reyes y Antonio Canales, o sea es contar mi vida, es abrir mi corazón en canal.
¿Dirías que es el más tuyo?
Sí, yo creo que sí, hay un antes y un después de esta obra, tras más de cincuenta y dos creaciones que llevamos, con unas más acertadas que otras, algunas siguen viviendo como Gitano, Bernarda, Torero, Bailaor…
Ésta, llevaba unos cuantos de años, casi cuatro, detrás de ella, recopilando cosas, hablando con mi madre, recuerdos… hasta que ahora hemos podido ponerla en marcha….
¿Cómo son los inicios de Antonio Canales?
Mis inicios….  desde pequeñito, en mi casa,  en mi casa se bailaba
Una familia de artistas…
Sí, mi abuelo tenía una fragua y era cantaor, mi madre bailaba, era bailaora, Pastora  de los Reyes. A mí me gustaba estar en la cocina de mi casa con las mujeres. Jugaba con los niños al fútbol, pero cuando podía iba a la cocina para que me enseñaran los bailes, desde pequeño, después empecé a estudiar en Sevilla con Mª Luisa Riba más tarde me presenté a una audición del Ballet Nacional y ya llegue a Madrid…
Fueron momentos muy duros, porque dormí en la calle, como todo el mundo sabe, comía en un convento, en el convento de Santa Isabel, en la calle Huertas, fueron momentos difíciles, pero lo volvería a repetir….
Piensas que el flamenco está unido al hambre, la penuria…
Hombre, vamos a ver…. en la época franquista el flamenco era un divertimento, para los señoritos, para la gente de poder, entonces estaba un poco mal visto, era un tiempo en que las mujeres tampoco trabajaban en las salas de fiestas o en los cafés cantantes, había penuria .. y el flamenco sale del grito, del dolor, es una manifestación del dolor de un pueblo, pero también hacemos flamenco para celebrar, para tener sensualidad utilizamos el flamenco, para dar de mamar a un niño se cantan las nanas…, pero sí, tenía que ver en esos momentos, pero ahora mismo no creo que tenga ninguna vinculación con el hambre ni nada de eso…
¿Por qué Canales?
Por mi abuelo, yo me llamo Antonio Gómez de los Reyes, el se llamaba José Canales de los Reyes,
(En estos momentos le entran un café y da cordialmente las gracias antes de seguir contestando)
Durante mucho tiempo me llamé Antonio Gómez en el Ballet Nacional, pero luego me dijo mi madre: ¿Por qué no te pones el apellido del abuelo para mantenerlo en la familia? por eso fue.
Bailaor, bailarín, coreógrafo, productor, intérprete en algunas películas….
Un hombre del Renacimiento (dice riéndose), los hombres de renacimiento siguen existiendo, yo digo a la gente que lo de aprendiz de mucho maestro de nada, no es cierto, yo creo que el ser humano no está en este mundo para hacer solo una cosa bien, una se le puede dar mejor que otra, pero limitarse a hacer una sola es absurdo, es una forma de ver la vida y el trabajo que no me gusta para nada, creo que todos estamos capacitados para hacer por lo menos tres bien (dice haciendo hincapié en el bien) y luego tontear con otras como hobby, pero dedicarse solo a una … por ejemplo ‘yo soy médico y como soy médico no hago nada más’ es un verdadero error, porque cierras tu mente.
Yo siempre he sido un culo inquieto y me gusta mucho tocar las cosas artísticas, algunas se me dan mejor y otras peor… por ejemplo (mirando un cuadro que está en la pared de enfrente) los niños me dicen papa ¿dónde tienes escondido el cuadro?, y el cuadro no está en ningún sitio porque no se pintar (dice acompañándose con una sonora carcajada) por mucho que lo he intentado, un horror, estoy viendo eso (señalando el cuadro de la pared) y me acabo de acordar, y no creas que lo he intentado, pero nada…
A mi edad, interpreto, hago muchas más coreografías, dirijo más a la compañía, hago papeles de carácter, escribo, estoy preparando mi segunda novela  para el Planeta que tengo que entregar.
No sé, me gusta picotear de todo, pero ahora estoy centrado en ‘Una moneda de dos caras’, que el domingo presentamos en Madrid.

¿La preparación clásica es necesaria para un bailaor?
Si, desde el principio. Antiguamente no porque pensaban que era una cosa autóctona, entonces era el gitano, y el flamenco, que se criaba en esos ambientes no se iba a poner una malla de ballet y hacer así (y coloca su cuerpo como si fuera a ponerse a danzar) pero hoy día no, hoy día los niños, aquí en la Universidad del Flamenco y en todos lados lo primero que hacen de pequeños es que todas las mañanas dan su clase a las nueve, ahora acaban de terminar del flamenco pero llevan desde las 9, hacen su clase de ballet… para colocar el cuerpo, para conocer el espacio, no para bailar clásico, pero sí a lo mejor las sevillanas boleras… que son bailes clásicos españoles y es muy bueno que lo aprendan para que el cuerpo se desarrolle bien.
¿Cómo ha evolucionado el flamenco?
Muy bien, en estos 30 años desde que llegué a Madrid he visto un cambio abismal, ahora hay… los niños se alimentan mejor, tienen mejor el cuerpo, se entregan más, hay más afición, hay muchos más chicos que en aquella época que apenas había chicos, era una cosa de chicas, el flamenco ha evolucionado… bueno, y luego la revolución que hizo Camarón, Paco de Lucía, los grupos como Ketama, Pata Negra… creo que entre todos ellos han ido formando, desde los años 80, la movida madrileña… recuerdo todo aquel movimiento y todas esas fusiones, del grupo Alameda, los Chichos, Azúcar Moreno… toda esta amalgama hizo que el flamenco creciera, floreciera más y se mezclara con muchos estilos…

¿Y tú que has aportado?
Yo, ¡mi vida! (con énfasis y risas). Creo que he aportado todo mi esfuerzo… dicen que hay un cambio, están los tres Antonios, Antonio el bailarín, Antonio Gades y luego yo cogí el testigo… hay como un trío antoniano, y por fuerza me tocó a mí, han sido los dos mis maestros, y los dos me han tenido en sus compañías, era el niño un poco… privilegiado de ellos, el niño mimado, y yo desde muy pequeño sabía que tener que darle al flamenco otra nueva dimensión… en la forma de vestir… en el concepto del escenario, en el concepto del sonido, en el concepto de contar historias con el flamenco, bien fueran historias pictóricas o historias clásicas… no sé… contemporáneos o abstractas… Yo creo que le he dado al flamenco un camino más, que llaman estilo canalista y cuando alguien quiere acercarse a él para montar una obra o algo, tiene que acercarse a mi trayectoria para poder ver como he ido evolucionando.
Eres considerado un Maestro, te has dedicado mucho a la docencia…
Desde muy joven…
¿Qué te lleva a querer enseñar a los demás?
Desde que era muy pequeñito, ya en el ballet Nacional me gustaba enseñar, me acuerdo con María de Ávila que yo estaba todavía en el cuerpo de baile, sin embargo Antonio Alonso, Lola Greco ya eran estrellas, estaban haciendo Medea, y yo tenía un salón, en casa, allá en la calle 12 de octubre, con los techos altos, que al final la compré, al lado del Retiro, y los fines de semana, sábados y domingos, venían a mi casa a que les corrigiera, siendo yo un niño del grupo, venían las figuras para que les corrigiera. Entonces se enteró la directora y me dijo: “Me estoy enterando de que en tu casa haces ensayos”, y dije no sé, porque yo no sabía girar pero sabía que lo estaban haciendo mal, no lo podía hacer todavía, pero cuando se colocaban decía cuidado, está la mano más acá (se posiciona con sus manos que da gusto verle) y me dijo: “no corrijas, te vamos a dar un plus y te quedas una hora o dos por las tardes con las … estrellas, los primeros bailarines y los corriges. Y a raíz d ahí, con 18 o 19 años corregía a gente mucho mayor que yo, con treinta y tantos años, que ya estaban consagrados, eso me hizo aprender más rápido también. Luego lo transportaba en mí, en las clases lo que yo veía de ellos, y luego ya empecé con los niños pequeñitos que tenemos una escuela en Alcorcón desde hace 16 años…
Que lleva tu nombre…
(Asiente con la cabeza)
Y entonces pues a mí, ahora lo que me gusta es enseñar a los pequeños, porque juego con ellos, se concentran en lo que hacen, lo que hacen lo hacen muy concentrados, las personas mayores nunca estamos en lo que estamos, comemos y estamos con el móvil, dormimos y no dormimos… ellos no, ellos van al colegio y van al colegio, si comer, comen, si bailan, bailan y además, luego cuando están con 13 o 14 años y empiezan a despertarse las hormonas, la testosterona, son muy problemáticos porque están mirando para otro lado, pendientes de los niños, de las niñas, no tienen ese momento… me gusta mucho enseñar a los pequeños y corregir a los profesionales.
¿En qué lugar del mundo se percibe mejor el flamenco?
En España, por supuesto, aún con el 21% del IVA, aún con los catalanes y los vascos que quieren independizarse, y con la crisis y todos nuestros problemas, España es genial, España es el mejor país del mundo, aparte del arte nuestro, en todo… en turismo ganamos a EEUU, que son 15 veces mayor que nosotros, en productos, en diversidad…
¿Una ciudad o un lugar para vivir?
Sonríe y dice:
Sevilla (se recrea en el nombre) Sevilla, porque Sevilla… cuando pienso en Sevilla no puedo pensar en trabajo, aunque trabajo allí también mucho, tengo mi finca allí, pero cuando visito Sevilla, ahora con mi edad la visualizo… para estar con mis caballos, las gallinas… no es un trabajo, oler los azahares… pasear, no lo veo una ciudad como de trabajo… aunque me gusta España en todos los sentidos, me gusta España porque tengo casa en Segur de Calafell… un chalecito en Sierra Nevada, que mi padre me dejó, me gusta mucho el País Vasco, una hermana mía vive en Canarias… es que a mí me gusta nuestro territorio, yo creo que España es de todos nosotros…
¿A un amante del flamenco que ruta le dirías que hiciese?
Bueno, primero tiene que venir a Madrid, porque en Madrid está la corte y porque en Madrid está, por así decir, el flamenco más explosivo, más moderno…
y el más exigente…
Sí, es el público más exigente. Después de Madrid, ya tienen que coger e ir bajando para el Sur, pasar por Granada, pasar por supuesto por Jerez, pasar por Sevilla, hasta llegar a Cádiz, que es la gracia, el arte, que es donde mejor se canta, en Cádiz, en Sevilla es donde mejor se baila. Creo que esa ruta para viajar es muy importante empezar en Madrid y luego ir con tu cochecito bajando hacia Despeñaperros y una vez que entras por Despeñaperros, ya parar en varios lugares, Córdoba, por supuesto, Córdoba sultana, que tocan muy bien la guitarra y ya ahí, entrar en Sevilla, Granada, Huelva, pero Cádiz,  desembocar en Cádiz… Sevilla, Cádiz, Jerez…
¿Y fuera de España?
Tienes que volar hacia el Oriente, a Japón… ellos son la segunda potencia, tienen la mejor revista, Paseo, que sale desde hace casi 30 años, y es una revista maravillosa, sale bimensual… tienen todo, tienen tablaos, se ponen nuestros nombres (se ríe) hay más escuelas que en ningún lugar, y ya los contemplan en muchos festivales, en el concurso de las Minas, en Sevilla, que ya han ganado algún concurso… japoneses, que bailan muy bien y tocan muy bien, el cante se les da peor (nos reímos)… pero el mejor sitio es Japón y después Francia, tienen los grandes festivales… Mont de Marsan, Avignon, Nimes…

Has dado clase allí
Sí…
¿Y en Japón?
Sí, en Japón, voy mucho a Japón, casi todos los años voy porque tengo muchos contactos, con ellos con la compañía de flamenco de allí.
Al finalizar nos confirma que comienza una gira de un mes en México. Antonio Canales nos despide, como nos ha recibido y nos ha tratado, con cariño y cercanía, y se despide con un ‘adiós y besos para todos’.


martes, 9 de junio de 2015

MI PRIMER VIAJE EN COCHE COMPARTIDO



Este es el relato de mi primera experiencia en coche compartido repleta de: nervios, vergüenza, muchas risas y 4 personas muy diferentes y desconocidas en un mismo coche viajando a un mismo destino.




Los medios de transporte han evolucionado mucho a lo largo de todos estos años. Hemos pasado de trenes que recorrían lentamente la España de los 80 y 90 a AVES de larga distancia que circulan por nuestro país a unas velocidades que alcanzan los 310 km/h. Pasando por aviones con asientos pequeños de cuatro compañías aéreas contadas con los dedos, a grandes aeronaves, pertenecientes a una larga lista de compañías aéreas nacionales e internacionales que vuelan de un destino a otro del país a cualquier hora del día.
Sin olvidarnos de los medios de transporte que circulan por carretera como los autobuses de toda la vida, que, aunque hayan mejorado sus instalaciones considerablemente, siguen tardando un sinfín de horas al destino en sí. Y por supuesto, nadie consigue aún olvidarse del siempre recordado mítico Seat 600, en el que miles de familias madrileñas de 3, 4 y hasta 5 miembros, viajaban dentro de este minúsculo coche en busca de sus esperadas vacaciones en Benidorm. Y con los medios de transporte por carretera me voy a quedar, ya que es con ellos, con los que tiene lugar mi primera experiencia en coche compartido.
Hace ya un par de años que llevo escuchado y leyendo sobre muchos viajeros que aunque la economía de muchos de ellos está mal, deciden aun así seguir adelante con sus viajes gracias a varias empresas nuevas que han surgido con la crisis y que todas tienen un mismo denominador en común: el coche compartido. Como mi economía tampoco es para echar cohetes, decidí probar este tipo de viajes con la empresa más conocida actualmente para compartir coche: BlaBlaCar.
Mi punto de partida era Madrid, con dirección Galicia. Después de una hora observando anuncios y leyendo comentarios de los conductores que viajaban el día que me interesaba, decido reservar mi plaza con uno de ellos, quien me pareció el más interesante dado los comentarios que le dejaban otros pasajeros que ya habían viajado con él. En menos de cinco minutos había realizado todo el proceso de reserva y ya había cerrado con el conductor la hora de salida en Moncloa (Madrid) a las 8.00 a.m.
Llegó el día esperado, muy temprano (completamente dormido), me dirijo al punto de partida en donde había quedado con mi conductor. Lo primero que me llamó la atención, es que ese mismo punto estaba repleto de personas que también viajaban como yo y varios coches aparcados en el lugar, en los que su conductor buscaba a sus pasajeros entre todo el grupo de personas que esperábamos allí a que llegara nuestro coche compartido.
No tardé mucho en encontrar mi coche compartido, por suerte iba a realizar un viaje en un coche BMW Serie 3 con las ventanillas traseras tintadas que llamaba la atención entre tantos coches. Lo mismo le ocurrió al resto de mis compañer@s, ya que en menos de 10 minutos habíamos empezado el viaje y comenzaban las presentaciones.
Los primeros minutos quizá sean los más incómodos y de más nervios que se puede llegar a tener durante este tipo de viajes, da igual si es tu primer BlaBlaCar o el 20, pienso yo. Es el momento en el que observas, escuchas con mucha atención y por supuesto analizas movimientos y palabras de las personas con las que vas a compartir un par de horas (en mi caso 5), sin salir de un mismo espacio. Es gracioso, porque esos primeros minutos en los cuales ya te has creado una etiqueta de cada persona, cambiará radicalmente cuando finaliza el viaje.
En la primera hora de trayecto, ya más o menos todos sabíamos un poco de cada uno: hobbies, trabajo, a que íbamos a Galicia… En mi BlaBlaCar viajábamos cuatro personas: dos hombres y dos mujeres, cada uno totalmente diferente al otro. Quizá sea este, uno de los factores más interesantes a parte del económico del porqué muchos deciden viajar en coche compartido. ¿Cuantas oportunidades hoy en día surgen de encontrarte 5 horas en un mismo espacio (sin poder escapar) con personas desconocidas y totalmente diferentes a ti en estilo de vida, procedencia, edad, creencias, política, pensamientos…? Pues ahí estaba yo, viajando a Galicia en un viaje de mínimo cinco horas con una estudiante china de 20 años, una ecologista de 36 años, un chófer que creo recordar rondaba los 30 años y yo.
Todos éramos muy diferentes y con vidas muy opuestas; pero ahí estábamos metidos en un coche hablando de nuestros viajes, política, situación del país, que haríamos en Galicia cuando llegáramos… conversaciones tan tranquilas como sorprendentes ya que poco a poco las etiquetas de cada uno que me había creado iban cayendo una detrás de otra.
Y así fue, como de una conversación a otra nos acercamos a las 3 horas de viaje y a la primera parada y única para ir al servicio, estirar un poco las piernas y sobre todo en mi caso, fumarme un cigarrillo. La parada de 10 minutos la realizamos ya entrados en Galicia. Se notaba porque una vez fuera del coche comprobamos como de los 25 °C que había en Madrid cuando habíamos salido, estábamos a 16 °C, y todos vestidos con ropa muy de 30 °C, por lo que se notaba el frío.
En nada, ya nos encontramos otra vez viajando y continuando las conversaciones que habíamos dejado a medias. Me llamó mucho la atención, ya que en mi caso era el primer viaje en coche compartido que realizaba pero en cambio mis compañer@s de BlaBlaCar ya era el 5º y hasta 10º viaje.
Por lo que me explicaron, hoy en día y tras la crisis económica cualquier persona independientemente de la edad utiliza este tipo de servicios para viajar. Es cómodo, económico, conoces gente nueva y quién sabe si da la casualidad de coincidir con el amor de tu vida en uno de estos viajes.
Es gracioso, porque nos conocíamos de solamente 3 horas y media pero yo, ya podía intuir determinadas respuestas que me darían a preguntas que nos hacíamos sobre temas varios.
Entre batallitas y batallitas de viajes del conductor (era un completo viajero 100%), llegamos a Ourense, y con ello tiene lugar la primera parada de una de las chicas y el despertar de otra de ellas (la estudiante china de 20 años), que se había pasado casi, por no decir todo el viaje hasta esa parada, durmiendo tan tranquila. Es un detalle que me llamó mucho la atención. ¿Cómo alguien se puede meter en el coche de un desconocido junto a otros 2 pasajeros que tampoco conoce de nada y a los 20 minutos de viaje cerrar los ojos tan tranquilamente y ponerse a dormir? ¿Será cosa de chin@s? ¿No le apetecería hablar con nosotros? ¿Estaría cansada? No lo sé.
Una vez abandonado Ourense y dicho adiós a la ecologista de 36 años, ya comenzaba la cuenta atrás para llegar al destino Vigo y terminar mi primer viaje en coche compartido.
La última hora ya fue más pesada, llevábamos 4 horas y poco viajando y entre las ganas de llegar, el sueño que tenía de haberme levantado tan temprano y todo el tiempo sentado en el coche en una misma posición comenzaba a pasarme factura. De igual forma pienso yo que le sucedía al conductor, ya que aunque conducía muy bien (trabajaba de chófer, por lo que era un crack en la carretera) no dejaba de llevar cuatro horas y media conduciendo con solo una parada para descansar de 10 min.
Pero por suerte para nosotros, la estudiante china de 20 años que se había pasado casi todo el viaje durmiendo tan plácidamente como si estuviera en su casa, había despertado y tenía ganas de hablar y contarnos detalles de su vida. Y así fue como entre risas y varias traducciones de castellano-gallego-chino llegamos por fin a Vigo y daba por finalizado mi primer BlaBlaCar.
La verdad, es que me ha gustado bastante, pienso que es una forma entretenida y económica de viajar, en la que te pueden ocurrir mil y un detalles para contarlos luego a tus amigos con unos vinos y pasar un buen rato.
Firmado: Manuel