PITINGO concedió una entrevista a INOUT VIAJES unos momentos antes de subir al escenario de la Pradera. Un artista de amena y entrañable conversación, tanto que charlamos, charlamos,…y si nos descuidamos hubiésemos seguido hablando hasta el mismo escenario…
Nos
recibe impecable, con camisa, pantalón y un foulard a juego, todo en tonos
claros, que resaltan su piel morena y sus bien dibujadas canas, sin duda haciendo
honor a su nombre artístico: Pitingo (en caló quiere decir “presumido”). Nos sentamos dentro de una
pequeña y acogedora ‘roulotte- camerino’ donde hablamos de sus comienzos, su música su
familia
y también de viajes y de sus lugares preferidos.
Desde sus primeras palabras se desprende su
cariñoso trato, que el lector podrá apreciar en sus respuestas, por lo que les
dejamos que disfruten de esta conversación.
SU
ORIGEN
¿Cuándo nace Pitingo como
cantaor?
-No
me acuerdo. Era muy pequeño y me daba mucha vergüenza cantar delante de la
gente, de mi familia, era muy vergonzoso, igual que mi hijo. Pero luego, con
ocho o nueve años empecé a quitarme la vergüenza, un poquito. Sí, fue a esa
edad, más o menos.
Comenzaste con el flamenco.
-Sí,
con el flamenco, bueno, y los Chichos… lo que se llevaba entonces…
La rumbita y el
flamenquito, que ahora se dice.
-Sí,
eso, el flamenquito…
¿Es despectivo ese término
de flamenquito?
-No,
creo que no, es una manera de llamar cariñosamente al flamenco no ortodoxo (se
ríe)
Y tú, como te consideras.
-Me
considero flamenco, porque soy muy aficionado y me gusta mucho el cante
clásico, antiguo, Mairena, la Niña de los Peines…
¿Qué te lleva del flamenco
al soul?
-Qué
me lleva del flamenco al soul (sonríe al recordar). Un casete, cuando tenía 9
años, allí en mi tierra, en Huelva, por casualidad, había un casete encima de
una mesa en casa de mi abuela, y yo preguntaba de quién era y nadie me decía
nada, ni de quién era y yo dije para mí. Y lo puse y oí cantar, no sabía quién
era entonces, y dije, Dios Santo, esto que es, que voz, que maravilla… Un día
pasé por una tienda, en un mercadillo y reconocí la voz cantando en el puesto y
le pregunté corriendo al dueño: ¿quién está cantando?, y me dijo: Aretha
Franklin. Me tiré un año y medio escuchando solo a Aretha Franklin. Luego seguí
escuchando a Marvin Gaye, me gustaba mucho Ray Charles, Sha Ka Khan, Stevie
Wonder, son la época Motown…
Buena época….
-Sí.
Yo me di cuenta que esa raza, la raza… afroamericana, eran especiales, igual
que los gitanos… Diferentes, no mejores ni peores, pero diferentes en el sentir
y me obsesioné por esa música y cuando llegué a Madrid…
¿Con qué edad llegaste a
Madrid?
-Iba
y venía, eso sería con 11 años. Pero estaba yendo y viniendo a mi tierra, no
puedo estar mucho tiempo sin ir, tengo que cargar las pilas… Y yo hice aquí, en
Madrid, unas pruebas para un coro de
góspel, americano, de la base de Torrejón. Y pasé las pruebas, conocía muchas
canciones del góspel… Y estuvimos muchos años
haciendo góspel, funky, soul, jazz, blues, pero nunca dejé lo que era la pasión
mía por el flamenco. Seguía escuchando a Caracol, Antonio Mairena, Enrique
Morente, Camarón, y lo seguía estudiando, hasta que un día… se me ocurrió una
soleá, pase ese cante con una improvisación, y sin quererlo empecé a hacer a
ritmo de soleá, el “wonderful world” de Louis Armstrong. Y así empecé a
mezclar los géneros, pero no sabía que nombre ponerle y buscando y dando
vueltas surgió “soulería”, por ponerle un nombre (se ríe)
SU MÚSICA
Precisamente
Soulería supuso un antes y un después para Pitingo…
-Sí, fue un antes y un después…
¿Cómo se
puede explicar ese fenómeno?
-Me
llegó de golpe. Quizá el éxito fue demasiado. Porque yo era completamente
desconocido. Cantaba en los festivales de flamenco, hacía “soulerías” pero a
una escala pequeñita. Iba con dos coristas negros, un percusionista y una
guitarra, y así hacíamos los clásicos, "Killing me softly” de Roberta
Flack, cosas de los “Boyz to Men”, que lo hacíamos por bulerías. Entonces me
hicieron una propuesta y me dijeron: "¿Quieres llevar esto a lo grande".
Pero yo decía: "No tengo dinero para llevarlo a lo grande, no tengo ni un
duro". Y me contestaron: "No te preocupes, nosotros lo ponemos".
Y nos pusimos de acuerdo. Me dieron a elegir un coro de góspel y elegí el coro
"Mississippi” de Nueva Orleans, el mejor del mundo y me los traje a todos,
me traje a 20 personas desde Mississippi. Éramos 36 personas en el escenario y
ahí empezó toda esta locura, porque de ser desconocido pasé en cinco días a ser
conocido en toda España y luego ya en muchas partes del mundo.
Pero antes de “Soulería”
habías sacado “Pitingo con Habichuelas”...
-Sí,
y se tuvo que volver a sacar, y vendió más que cuando salió la primera vez,
porque cuando entonces había vendido… no sé si 4 o 5 mil y luego, cuando lo
volví a sacar, vendió unos cuarenta mil. Y “Soulería” unos 280.000. Desde
entonces sigo llevando esta fórmula, que no es ni mejor ni peor, pero sí es
diferente y es lo único en lo que yo puedo sobresalir, porque flamencos que
cantan mejor que yo los hay, seguro...
Vamos a ver, los nuevos
flamencos, Poveda, Estrella Morente, tú...
-Cantan
muy bien, además son amigos míos...
Habéis puesto el flamenco
patas arriba, ahora ¿qué va a pasar?
-Pues
mira, ya cantar como antes, no se va a poder cantar, eso siempre lo digo, sería
de poca vergüenza decir que se canta igual que antes, porque ahora mismo no
tenemos necesidades, tenemos para comer, tenemos internet, tenemos de todo y
entonces, el cante ha cambiado, las fatigas no son las mismas, no soy una
persona que haya pasado fatigas, como cantaba Enrique Morente, como cantaba
Camarón, como cantaba la Paquera de Jerez, Antonio Mairena, eso no puede existir
porque se pasaba mucha necesidad y ellos no escuchaban grabaciones, tenían que
ser autodidactas y estudiar escuchándose unos a otros. Entonces era cuando el
flamenco estaba ahí, unido, y ahora... ahora está de otra manera. Por supuesto
Miguel es un grande, genial, y Estrella, Arcángel, Argentina, Macanita en
Jerez... hay muchísimos, pero por supuesto igual que antes, no.
Tanto tiene que ver el hambre
con el flamenco.
-Han
ido de la mano. Ahora ya no, por eso hay que cambiar la letra, ya no pega que
digas "qué fatigas tengo", porque es que no lo dices ni con fatiga.
Las cosas están bien, que llegas a casa te pones tu Canal Plus, tu aire
acondicionado, tu calefacción...(no puede evitar reír) Antes si pasaban
fatigas, y eso se notaba en la manera de cantar. Eso es igual que los negros...
La esclavitud, los campos
de algodón...
-Exactamente,
igual, por eso tienen relación, donde hay necesidad hay arte, sale el arte,
como dice la canción: “No llores hermana mía, que en la casa de los pobres siempre
reina la alegría”…
“Cambio de tercio” es tu
nuevo disco, en él has recuperado el flamenco…
-Sí,
porque me gusta. También me gustan las canciones que son flamencas… Y me gusta
todo lo que sea bueno, pero soy muy aficionado al cante ortodoxo.
¿Para quedarte?
-Porque
me apetecía. Por recordar de vez en cuando también que soy cantaor, y lo he
hecho con un disco maravilloso en el que colaboran todos los grandes, Estrella
Morente, Miguel Poveda, Carmen Linares, Sara Baras...
¿Es difícil conseguir que colaboren?
-No,
porque nos conocemos de hace muchos años
y porque nos admiramos unos a otros...
Y os respetáis...
-Sí,
muchísimo.
Pero en el mundo del
espectáculo pueden existir muchas envidias, como en la vida normal...
-El
que es envidioso poco consigue, es envidioso porque no ha conseguido nada o no
lo ha conseguido por su forma de ser, pero el que se alegra de lo que consiguen
los demás, como Estrella, Miguel, yo, que estamos muy unidos y nos llamamos y
"cómo te va" y recibimos una buena
noticia y nos damos la enhorabuena, por eso se avanza en la vida, con la mala
leche y el critiqueo no llegas a ningún sitio, se van a quedar ahí para eso...
¿Hasta cuándo va a durar
Pitingo?
-Hasta
que Dios quiera y el público lo diga.
¿No te has puesto fecha?
-Al
principio decía que esto serían unos dos o tres añitos, pero llevo once años de
éxito y sigo teniendo muchísima ilusión.
¿Se puede vivir de esto?
-Se
puede vivir, sobre todo con los pies en la tierra. Cuando tienes más pues
tienes más y cuando tienes menos, pues tienes menos. Hay que saber vivir en las
dos partes.
Pero la música está pasando
también crisis, está complicado con el pirateo, internet…
-Con
los conciertos, que es de lo que vivimos… quizá lo único bueno que puede traer
todo esto, no es que lo esté defendiendo, pero lo único bueno es que los
artistas nos hemos echado a la calle, antes no, antes vendías un millón y medio
de discos, hacías cuatro o cinco
conciertos y decías vamos que nos vamos. Ahora no, ahora hay que estar en la
calle y hacer directos, vamos a mirarlo por esa parte, porque acabar con el
pirateo va a ser difícil.
De tus discos, de tus
trabajos, ¿De cuál estás más contento, si se puede tener un hijo preferido?
-De
cada uno estoy contento. Este último me parece una joya, como exquisito y como
trabajo bien hecho... Ahora, el que me ha dado a conocer en el mundo entero ha
sido la “soulería”, no el disco, el concepto. Vamos a Miami, vamos a México,
vamos a... y todo el mundo me conoce por la “soulería”, ósea, el gitano que
hace música soul o góspel con flamenco,
y quizás eso sea de lo que estoy más orgulloso a nivel mundial.
¿Qué música además de
flamenco escuchas ahora?
-Todo
lo que me guste y me ponga el vello de punta. Un día escucho a Pavarotti, que
me encanta, como otro día escucho a Antonio Vega, otro día a Whitney Houston, y
otro día, no sé, a AC/DC… Todo lo que pellizque que es lo que me vale…
SUS
LUGARES
¿Viajar te ha servido tanto
para la vida como para la música?
-Para
la vida y para darme cuenta de que se ven muchas cosas, muchos sitios tan
humildes que dices ¡Dios mío y luego nos quejamos aquí! Con lo que he visto por
ahí… Por eso cuando dicen que aquí hay crisis, que la hay, me rio yo de esa
crisis, para crisis los sitios en los que he estado. Date una vuelta por el
mundo y verás lo que es crisis de verdad, no tener para comer, los niños están
tirados por las calles…
¿En qué sitio que no hayas
vivido te gustaría vivir?
-En
que sitio me gustaría vivir que no haya vivido… (piensa unos segundos) Me
gustaría vivir en Cádiz, pero cuando sea más mayor… (y sonríe ampliamente)
¿Qué sitio recomendarías
para viajar?
-Cuba
(rotundo, sin dudar). Pero la Cuba de verdad, no la turística, estar en
Matanzas, Las Lomas… lo que he visto de Cuba, que estuve tres meses para
preparar un disco…
Con claras influencias en
tu disco…
-“Malecon
Street”. Maravilloso. Canté con mucha gente, con Juan Gabriel, conocí a Roger
Waters de Pink Floid, Mark Antony, mucha gente, muy contento…
Y
POR ÚLTIMO, LA FAMILIA
Cómo se lleva el éxito...
-Bien,
bueno, ahora mejor. Al principio no lo llevaba bien, me agobiaba a veces, porque
cuando vives tu vida… uno está en la playa, tumbado, tan tranquilo y de repente
ves trescientas personas a tu alrededor y te tienes que ir...
Y la gente pidiéndote
autógrafos, haciéndote fotos y selfies...
-Y
tienes que buscar los rincones que no haya gente... pero también te digo una
cosa, el día que no me paren o no me pidan fotos, diré esto es malo, me
entiendes... prefiero que me paren, que me molesten, que no molestan porque eso
forma parte de mi trabajo y yo decidí dedicarme a esto y esto es lo que hay, y
si no te gusta, te tienes que dedicar a otra cosa.
Ser gitano te ha supuesto
algún problema.
-No,
porque soy mestizo. Entonces veo las dos cosas, por supuesto hay muchos gitanos
que me consideran payo por ser mestizo, y muchos payos que me consideran gitano
puro, pero lo llevo bien. Las cosas han cambiado, hace 20 años había mucho
racismo y todavía hoy lo hay, pero por las dos partes, lo puedo decir... hay
muchos payos racistas y muchos gitanos racistas también...
Reconoces eso, estamos en
un tiempo de que todo tiene que ser políticamente correcto, decir eso…
-Eso
es lo bueno de ser mestizo, que puedo digamos, claramente hablando, criticar a
los dos… y también alabar a las dos razas…
Y como se compagina la
familia con esta vida…
-Bien,
porque me la llevo conmigo…
Pero el niño…
Sí,
ya tiene tres años y tiene que empezar la escuela, pero ya nos apañaremos, habrá
que ir y venir, porque yo necesito tener cerca a la familia, estar con la
familia, esa es parte de mi herencia gitana. (Y sonríe amplia y felizmente)
Página
web: http://www.pitingo.com/es_ES
Fotos: THAIS
Dibujo: GASALLA
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