La ola coreana (Hallyu) llegó a Madrid y durante tres días
empapó de música, gastronomía, series, películas y más el Círculo de Bellas Artes y alrededores…
ALL ABOUT K-STYLE
La K-EXPO Spain 2025 ha durado tres días, desde el domingo 28 al martes 30 de septiembre y ha
dejado a su paso un montón de experiencias, para pequeños y mayores (que
también han sucumbido a esta llamada); concursos, música, series, películas,
gastronomía, retos y muchas sensaciones que han enganchado a madrileños,
madrileñas y personas que han venido de muchas partes de España para conocer y
disfrutar de primera mano de ese HALLYU que sigue creciendo y veremos hasta
dónde llega…
Y mientras en el Círculo se celebraba
la K-EXPO, en el Hotel Riu Plaza España tenía lugar la parte “seria” de la
visita coreana…
El programa profesional se desarrolló
los días 29 y 30 de septiembre en ese hotel, donde más de 60 compañías coreanas
de sectores como animación, webtoons, cosmética y alimentación presentaron sus
propuestas más innovadoras. Participaron referentes como The Pinkfong Company,
MBC, Jung Saem Mool, TIRTIR y Lalarecipe, junto a productores de K-Food
especializados en marisco y productos procesados, que establecen alianzas con
compradores internacionales de países como Polonia, Estonia y Emiratos Árabes
Unidos.
Pero
centrémonos en la K-EXPO festiva, alegre y dicharachera…
La música
adquirió un papel protagonista con el concierto K-OST, que tuvo lugar el
domingo 28 de septiembre en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas
Artes.
Una
propuesta que acerca la emoción de las series coreanas al público a través de
una experiencia única en vivo.
Y el lunes le
tocó el turno al Jazz, en concreto y en ese mismo escenario, “Un viaje por
Corea a través del Jazz” con Songah Chae Trio, liderado por SongAh Chae de
Corea del Sur, y a la que acompañan Manos Stratis de Chipre y Joshua Wheatley
de Inglaterra. Fue una sorpresa fuera de programación, una maravillosa
sorpresa…
K-EXPO Spain
2025 (con el lema “All about K-Style”) es un evento organizado con el apoyo del
Ministerio de Cultura de Corea y la agencia KOCCA. Se celebra del 28 al 30 de
septiembre en dos sedes: el Círculo de Bellas Artes (Madrid, calle de Alcalá,
42) como epicentro para el público, y el Hotel Riu Plaza España, para los
encuentros de negocios entre empresas coreanas y compradores internacionales.
Más de 60
empresas coreanas de sectores como animación, videojuegos, contenido digital,
cosmética, moda y gastronomía participan en esta edición.
Diario de un día en la K-EXPO Spain 2025
Madrid,
Círculo de Bellas Artes.
Nada más cruzar la entrada me recibe un bullicio distinto al habitual. El
edificio, siempre elegante y solemne, hoy parece disfrazado de Corea del Sur.
Pantallas luminosas, música de fondo, gente con pancartas improvisadas con
nombres de idols y ese cosquilleo colectivo que anuncia que algo grande está a
punto de suceder.
Primera
parada: el viaje digital (2ª planta)
Subo las
escaleras y me encuentro en un auténtico PC bang madrileño. Ordenadores
alineados, chavales probando juegos coreanos, y un rincón dedicado a los
webtoons que me atrapa con sus viñetas dinámicas. Pero lo que más me impresiona
es cómo la música no deja de sonar: cada tanto, una performance de cover
dance transforma el pasillo en escenario. Chicos y chicas, algunos tímidos
al principio, acaban moviéndose con la seguridad de un idol. Aquí descubro que
en la K-EXPO, el público también es protagonista.
Segunda
parada: el teatro y la magia de las bandas sonoras
Me acomodo en el Teatro Fernando de Rojas, una joya escondida dentro del Círculo. Las luces bajan y comienza el K-OST Concert.
Tercera
parada: un respiro con jazz coreano
En una sala más íntima, casi escondida, descubro un concierto de jazz coreano. No esperaba encontrarme con saxos y contrabajos en la K-EXPO, pero ahí están, fusionando ritmos occidentales con melodías tradicionales de Corea. Es como si Coltrane se hubiera paseado por los callejones de Hongdae. La atmósfera es distinta: menos gritos de fandom, más cabezas moviéndose al compás, ojos cerrados y aplausos sentidos.
Y también K-Tour: info de viajes a Corea con los festivales más icónicos, desde Suwon hasta Hwacheon.
Cuarta
parada: la energía del K-pop dance
Vuelvo a la
acción. En la planta dedicada a la belleza y la gastronomía, un escenario
improvisado se llena de jóvenes que bailan coreografías de BTS, NewJeans
o Seventeen. El público aplaude cada movimiento sincronizado, y yo me
sorprendo contagiado por la adrenalina. Entre los aromas de tteokbokki
picante y maquillaje que brilla bajo las luces, la música se convierte en el
verdadero pegamento de la experiencia.
Quinta
parada: la despedida futurista
La última planta me recibe con instalaciones tecnológicas. Hay robots que saludan, pantallas inmersivas y hasta un pasillo de realidad aumentada. Pero, incluso aquí, la música se cuela: un grupo de bailarines mezcla movimientos tradicionales coreanos con beats electrónicos, y el resultado es hipnótico, casi cyberpunk.
Epílogo
Al salir de
nuevo a la calle de Alcalá, la noche madrileña parece más luminosa, como si se
hubiera impregnado de neones de Seúl. Llevo en la cabeza un remix improvisado:
las baladas de K-drama, los acordes de jazz, los gritos del público durante el cover
dance. Y pienso: quizá la K-EXPO no es solo un escaparate de cultura, sino
un espejo donde reconocemos lo mucho que nos gusta vibrar con historias y
canciones que cruzan océanos para quedarse en nosotros.
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