El Teatro de la Zarzuela
pone el broche al presente curso con
un título que el aficionado siempre
agradece y disfruta con especial emoción. Se trata de ‘Marina’, la ópera en tres actos que Emilio Arrieta estrenara allá por 1871
en el Teatro Real de Madrid (dieciséis años antes había visto la luz en formato
de zarzuela), con libreto de Francisco
Camprodón y Miguel Ramón Carrión.
Del 15 al 24 de junio
Las funciones de
‘Marina’ contarán con el apoyo de la
Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado gracias al contrato de patrocinio recién renovado
con el INAEM por tercer año
consecutivo, para la promoción y
difusión de las artes escénicas y la música, en virtud del cual la
Sociedad Estatal apoyará la creación artística de los centros del Instituto.
A lo largo de los más de 160 años de historia del Teatro de la Zarzuela, ‘Marina’ —junto con ‘El barberillo
de Lavapiés’, ‘Jugar con fuego’, ‘El dúo de «La africana»’ o ‘La Gran
Vía’— es uno de los títulos con mayor
presencia en este escenario. Pero la de Arrieta, con gran diferencia, ha protagonizado más estrenos de temporada
que ninguna otra obra lírica.
Sin duda una perla musical dentro de la vertiente española
del género, la producción que presenta estos días La Zarzuela en 8 funciones del 15 al 24 de junio es
la reposición de aquella
‘Marina’ con dirección de escena del
internacional Ignacio García que tan buen sabor de boca dejó al público
en 2013.
Para la ocasión, frente
a la Orquesta de la Comunidad de Madrid
(Titular del Teatro) ocupará el foso Ramón Tebar, uno de nuestros directores más cosmopolitas y reconocidos de forma unánime, que
tiene en su haber la Cruz Oficial de la Orden del Mérito Civil en
reconocimiento a sus aportaciones y logros culturales, y que entre muchos otros
valores atesora el de ser el primer
director español titular de una compañía de ópera en Estados Unidos, la Florida Grand Opera. Tebar es asimismo
director artístico de la Ópera de
Naples en Florida, principal director
invitado del Palau de Les Arts
Reina Sofía de Valencia, y director
artístico de la Sinfónica de Palm Beach. Con esta ‘Marina’ se presenta
por primera vez ante el público del
Teatro de la Zarzuela.
El reparto, que
subirá a escena junto al Coro Titular
del Teatro de la Zarzuela, está integrado por jóvenes cantantes, todos ellos con importantes carreras en marcha,
como las sopranos Olena Sloia y Leonor
Bonilla (las dos “Marinas”, enamoradas en secreto del joven marino
Jorge), los tenores Alejandro del Cerro y Eduardo Aladrén (en
el papel del capitán de buque Jorge. Enamorado a su vez y también de forma
furtiva de Marina, ambos jóvenes ven peligrar su futuro por medias palabras y
malos entendidos), los barítonos Damián
del Castillo y Germán Olvera (que encarnan el rol del contramaestre
Roque, un personaje desengañado
que recurre al alcohol como refugio, y que al cabo es quien intuye los
problemas y trata de poner orden en el enredo), el bajo Ivo Stanchev
(que hace las veces de Pascual, el tercero en discordia en esta historia
de amores secretos a la orilla del mar)
o el barítono David Oller (que
da vida al capitán mercante Alberto, dueño de una carta que a la postre
desatará el nudo marinero de la intriga). Completan el elenco los miembros del
Coro del Teatro Graciela Moncloa
y Antonio González.
Algunos de estos
cantantes han participado
durante esta Temporada en el Proyecto
Zig-Zag del Teatro de la Zarzuela, en colaboración con la Ópera de Naples y con AC/E, Acción Cultural Española,
acudiendo a Estados Unidos para participar en clases magistrales de la gran Renata Scotto y en diversos conciertos
de zarzuela y música española.
La escenografía de esta
propuesta está firmada por Juan Sanz y
Miguel Ángel Coso, el vestuario es de Pepe Corzo y la iluminación es una creación de Paco Ariza.
Lobos de mar, astilleros y marinos intrépidos
Ignacio García,
empeñado desde hace años en llevar
nuestro patrimonio musical por el mundo, y sobre todo por Latinoamérica donde en México
tiene su segunda patria, afirma sobre los personajes masculinos que pueblan esta historia que “no son marineritos de primera comunión, sino
lobos de mar, sudorosos trabajadores de los astilleros o marinos intrépidos quienes
se enfrentan en la lucha por la atención, el amor y la compañía de la
protagonista”. Y a esta, a Marina,
la define como “una mujer confundida y
asustada, que con su aturdimiento ante la llegada del amor marino, genera todo el embrollo de la trama”.
Y así nos encontramos con
un desarrollo escénico punzante, ya que, asegura García, ese
que habitan los personajes de la ópera “es un mundo de brea y de sudor, de salitre y esfuerzo, un homenaje a las gentes
de la mar, a quienes se lanzan a buscar la vida entre las olas y a quienes les
esperan en el puerto”. Y es por todas estas razones, que subyacen de modo poderoso en la música de
Arrieta, “por lo que hemos querido proponer una versión virulenta y enérgica, una escena vívida y envejecida, en
la que los anhelos se agotan y se ven alejarse, muy lejos del mundo de la postal idílica de un mar protector y
vacacional”.
Sin duda, una forma magnífica de cerrar temporada.
(Fotos del Montaje Fernando Marcos)
Fotos de Ensayos Javier del Real
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