Antonio Canales presenta ‘Una moneda de dos caras’
Mientras esperamos, nos llega el armonioso sonido
del taconeo de quienes practican sobre la tarima de baile. Estamos en la Universidad del Flamenco, en Madrid, donde hemos quedado con Antonio Canales.
Sin duda, un lugar idóneo para hablar con este
bailaor que a sus 53 años presenta ‘Una moneda de dos caras’ su último espectáculo,
el más personal y con en el que está dispuesto a abrir su corazón.
En el Centro Superior de Estudios del Flamenco es el
lugar donde Canales comparte con nosotros unos momentos de conversación antes
de comenzar sus ensayos. Vestido con camiseta y pantalón negro, un aspecto
desenfadado y jovial, al que une un sombrero estilo gondolero, por el que se
escapa un flequillo rebelde y una pequeña coleta. Luce una barba recortada que
resalta su característico lunar en la mejilla derecha.
Subimos con él a una espaciosa sala de ensayo, rodeada
de espejos, algunas sillas, una batería y un piano, aquí comenzamos a
hablar de su último espectáculo y de algunas otras cosas.
Se expresa con las manos, que mueve constantemente
con elegancia, con los ojos, que miran intensamente,…, trasmite felicidad,
pasión e ilusión por lo que hace, ‘para ser
una figura grande de la danza te tienes que entregar día a día. Yo todos los
días me levanto con ilusión’ nos dice como clave del éxito este consagrado artista,
uno de los más grandes del baile flamenco,
cuya huella en la danza española e internacional es, sin duda, imborrable.
Cuando
nos sentamos, nos da paso a hacer la primera pregunta con un cariñoso ‘cuando quieras corazón…’, y así empezamos…
¿Qué
nos dirías de tu último espectáculo, ‘Una moneda de dos caras’?, en el que no
solo bailas sino que interpretas……
Sí,
en este espectáculo actúo, canto, interpreto, bailo muchísimo, es una hora y
veinte sin salir de escena, es un monólogo, un monólogo descarnado, con dolor, aunque
también con tintes de humor, con muchos gags, donde hablo de los dos personajes
que hay dentro de mí, Antonio Gómez de los Reyes y Antonio Canales, o sea es
contar mi vida, es abrir mi corazón en canal.
¿Dirías
que es el más tuyo?
Sí,
yo creo que sí, hay un antes y un después de esta obra, tras más de cincuenta y
dos creaciones que llevamos, con unas más acertadas que otras, algunas siguen
viviendo como Gitano, Bernarda, Torero, Bailaor…
Ésta,
llevaba unos cuantos de años, casi cuatro, detrás de ella, recopilando cosas,
hablando con mi madre, recuerdos… hasta que ahora hemos podido ponerla en
marcha….
¿Cómo
son los inicios de Antonio Canales?
Mis
inicios…. desde pequeñito, en mi casa, en mi casa se bailaba
Una
familia de artistas…
Sí,
mi abuelo tenía una fragua y era cantaor, mi madre bailaba, era bailaora,
Pastora de los Reyes. A mí me gustaba
estar en la cocina de mi casa con las mujeres. Jugaba con los niños al fútbol, pero
cuando podía iba a la cocina para que me enseñaran los bailes, desde pequeño, después
empecé a estudiar en Sevilla con Mª Luisa Riba más tarde me presenté a una
audición del Ballet Nacional y ya llegue a Madrid…
Fueron
momentos muy duros, porque dormí en la calle, como todo el mundo sabe, comía en
un convento, en el convento de Santa Isabel, en la calle Huertas, fueron
momentos difíciles, pero lo volvería a repetir….
Piensas
que el flamenco está unido al hambre, la penuria…
Hombre,
vamos a ver…. en la época franquista el flamenco era un divertimento, para los
señoritos, para la gente de poder, entonces estaba un poco mal visto, era un
tiempo en que las mujeres tampoco trabajaban en las salas de fiestas o en los
cafés cantantes, había penuria .. y el flamenco sale del grito, del dolor, es
una manifestación del dolor de un pueblo, pero también hacemos flamenco para celebrar,
para tener sensualidad utilizamos el flamenco, para dar de mamar a un niño se
cantan las nanas…, pero sí, tenía que ver en esos momentos, pero ahora mismo no
creo que tenga ninguna vinculación con el hambre ni nada de eso…
¿Por
qué Canales?
Por
mi abuelo, yo me llamo Antonio Gómez de los Reyes, el se llamaba José Canales
de los Reyes,
(En estos momentos le entran un café y da
cordialmente las gracias antes de seguir contestando)
Durante
mucho tiempo me llamé Antonio Gómez en el Ballet Nacional, pero luego me dijo
mi madre: ¿Por qué no te pones el apellido del abuelo para mantenerlo en la
familia? por eso fue.
Bailaor,
bailarín, coreógrafo, productor,
intérprete en algunas películas….
Un
hombre del Renacimiento (dice riéndose), los hombres de renacimiento siguen
existiendo, yo digo a la gente que lo de aprendiz de mucho maestro de nada, no
es cierto, yo creo que el ser humano no está en este mundo para hacer solo una
cosa bien, una se le puede dar mejor que otra, pero limitarse a hacer una sola
es absurdo, es una forma de ver la vida y el trabajo que no me gusta para nada,
creo que todos estamos capacitados para hacer por lo menos tres bien (dice haciendo
hincapié en el bien) y luego tontear con otras
como hobby, pero dedicarse solo a una … por ejemplo ‘yo soy médico y como soy
médico no hago nada más’ es un verdadero error, porque cierras tu mente.
Yo
siempre he sido un culo inquieto y me gusta mucho tocar las cosas artísticas,
algunas se me dan mejor y otras peor… por ejemplo (mirando
un cuadro que está en la pared de enfrente)
los niños me dicen papa ¿dónde tienes escondido el cuadro?, y el cuadro no está
en ningún sitio porque no se pintar (dice acompañándose con una sonora carcajada) por mucho que lo he intentado, un horror, estoy
viendo eso (señalando el cuadro de la pared) y me acabo de acordar, y no creas que lo he intentado, pero nada…
A
mi edad, interpreto, hago muchas más coreografías, dirijo más a la compañía,
hago papeles de carácter, escribo, estoy preparando mi segunda novela para el Planeta que tengo que entregar.
No
sé, me gusta picotear de todo, pero ahora estoy centrado en ‘Una moneda de dos caras’, que el domingo presentamos en Madrid.
¿La
preparación clásica es necesaria para un bailaor?
Si,
desde el principio. Antiguamente no porque pensaban que era una cosa autóctona,
entonces era el gitano, y el flamenco, que se criaba en esos ambientes no se
iba a poner una malla de ballet y hacer así (y coloca su
cuerpo como si fuera a ponerse a danzar) pero
hoy día no, hoy día los niños, aquí en la Universidad del Flamenco y en todos
lados lo primero que hacen de pequeños es que todas las mañanas dan su clase a
las nueve, ahora acaban de terminar del flamenco pero llevan desde las 9, hacen
su clase de ballet… para colocar el cuerpo, para conocer el espacio, no para
bailar clásico, pero sí a lo mejor las sevillanas boleras… que son bailes
clásicos españoles y es muy bueno que lo aprendan para que el cuerpo se
desarrolle bien.
¿Cómo
ha evolucionado el flamenco?
Muy
bien, en estos 30 años desde que llegué a Madrid he visto un cambio abismal,
ahora hay… los niños se alimentan mejor, tienen mejor el cuerpo, se entregan
más, hay más afición, hay muchos más chicos que en aquella época que apenas
había chicos, era una cosa de chicas, el flamenco ha evolucionado… bueno, y
luego la revolución que hizo Camarón, Paco de Lucía, los grupos como Ketama,
Pata Negra… creo que entre todos ellos han ido formando, desde los años 80, la
movida madrileña… recuerdo todo aquel movimiento y todas esas fusiones, del
grupo Alameda, los Chichos, Azúcar Moreno… toda esta amalgama hizo que el flamenco
creciera, floreciera más y se mezclara con muchos estilos…
¿Y
tú que has aportado?
Yo,
¡mi vida! (con énfasis y risas). Creo que he aportado todo mi esfuerzo… dicen que hay un cambio, están
los tres Antonios, Antonio el bailarín, Antonio Gades y luego yo cogí el
testigo… hay como un trío antoniano, y por fuerza me tocó a mí, han sido los
dos mis maestros, y los dos me han tenido en sus compañías, era el niño un
poco… privilegiado de ellos, el niño mimado, y yo desde muy pequeño sabía que
tener que darle al flamenco otra nueva dimensión… en la forma de vestir… en el
concepto del escenario, en el concepto del sonido, en el concepto de contar
historias con el flamenco, bien fueran historias pictóricas o historias
clásicas… no sé… contemporáneos o abstractas… Yo creo que le he dado al flamenco
un camino más, que llaman estilo canalista y cuando alguien quiere acercarse a
él para montar una obra o algo, tiene que acercarse a mi trayectoria para poder
ver como he ido evolucionando.
Eres
considerado un Maestro, te has dedicado mucho a la docencia…
Desde
muy joven…
¿Qué
te lleva a querer enseñar a los demás?
Desde
que era muy pequeñito, ya en el ballet Nacional me gustaba enseñar, me acuerdo
con María de Ávila que yo estaba todavía en el cuerpo de baile, sin embargo
Antonio Alonso, Lola Greco ya eran estrellas, estaban haciendo Medea, y yo
tenía un salón, en casa, allá en la calle 12 de octubre, con los techos altos,
que al final la compré, al lado del Retiro, y los fines de semana, sábados y
domingos, venían a mi casa a que les corrigiera, siendo yo un niño del grupo,
venían las figuras para que les corrigiera. Entonces se enteró la directora y
me dijo: “Me estoy enterando de que en tu casa haces ensayos”, y dije no sé,
porque yo no sabía girar pero sabía que lo estaban haciendo mal, no lo podía
hacer todavía, pero cuando se colocaban decía cuidado, está la mano más acá (se
posiciona con sus manos que da gusto verle) y me dijo: “no corrijas, te vamos a
dar un plus y te quedas una hora o dos por las tardes con las … estrellas, los
primeros bailarines y los corriges. Y a raíz d ahí, con 18 o 19 años corregía a
gente mucho mayor que yo, con treinta y tantos años, que ya estaban
consagrados, eso me hizo aprender más rápido también. Luego lo transportaba en
mí, en las clases lo que yo veía de ellos, y luego ya empecé con los niños
pequeñitos que tenemos una escuela en Alcorcón desde hace 16 años…
Que
lleva tu nombre…
(Asiente con la cabeza)
Y
entonces pues a mí, ahora lo que me gusta es enseñar a los pequeños, porque
juego con ellos, se concentran en lo que hacen, lo que hacen lo hacen muy
concentrados, las personas mayores nunca estamos en lo que estamos, comemos y
estamos con el móvil, dormimos y no dormimos… ellos no, ellos van al colegio y
van al colegio, si comer, comen, si bailan, bailan y además, luego cuando están
con 13 o 14 años y empiezan a despertarse las hormonas, la testosterona, son
muy problemáticos porque están mirando para otro lado, pendientes de los niños,
de las niñas, no tienen ese momento… me gusta mucho enseñar a los pequeños y
corregir a los profesionales.
¿En
qué lugar del mundo se percibe mejor el flamenco?
En
España, por supuesto, aún con el 21% del IVA, aún con los catalanes y los
vascos que quieren independizarse, y con la crisis y todos nuestros problemas,
España es genial, España es el mejor país del mundo, aparte del arte nuestro,
en todo… en turismo ganamos a EEUU, que son 15 veces mayor que nosotros, en
productos, en diversidad…
¿Una
ciudad o un lugar para vivir?
Sonríe y dice:
Sevilla
(se
recrea en el nombre) Sevilla, porque
Sevilla… cuando pienso en Sevilla no puedo pensar en trabajo, aunque trabajo
allí también mucho, tengo mi finca allí, pero cuando visito Sevilla, ahora con
mi edad la visualizo… para estar con mis caballos, las gallinas… no es un
trabajo, oler los azahares… pasear, no lo veo una ciudad como de trabajo…
aunque me gusta España en todos los sentidos, me gusta España porque tengo casa
en Segur de Calafell… un chalecito en Sierra Nevada, que mi padre me dejó, me
gusta mucho el País Vasco, una hermana mía vive en Canarias… es que a mí me
gusta nuestro territorio, yo creo que España es de todos nosotros…
¿A
un amante del flamenco que ruta le dirías que hiciese?
Bueno,
primero tiene que venir a Madrid, porque en Madrid está la corte y porque en
Madrid está, por así decir, el flamenco más explosivo, más moderno…
y
el más exigente…
Sí,
es el público más exigente. Después de Madrid, ya tienen que coger e ir bajando
para el Sur, pasar por Granada, pasar por supuesto por Jerez, pasar por
Sevilla, hasta llegar a Cádiz, que es la gracia, el arte, que es donde mejor se
canta, en Cádiz, en Sevilla es donde mejor se baila. Creo que esa ruta para
viajar es muy importante empezar en Madrid y luego ir con tu cochecito bajando
hacia Despeñaperros y una vez que entras por Despeñaperros, ya parar en varios
lugares, Córdoba, por supuesto, Córdoba sultana, que tocan muy bien la guitarra
y ya ahí, entrar en Sevilla, Granada, Huelva, pero Cádiz, desembocar en Cádiz… Sevilla, Cádiz, Jerez…
¿Y
fuera de España?
Tienes
que volar hacia el Oriente, a Japón… ellos son la segunda potencia, tienen la
mejor revista, Paseo, que sale desde hace casi 30 años, y es una revista
maravillosa, sale bimensual… tienen todo, tienen tablaos, se ponen nuestros
nombres (se ríe) hay más
escuelas que en ningún lugar, y ya los contemplan en muchos festivales, en el
concurso de las Minas, en Sevilla, que ya han ganado algún concurso… japoneses,
que bailan muy bien y tocan muy bien, el cante se les da peor (nos reímos)… pero el mejor sitio es Japón y después
Francia, tienen los grandes festivales… Mont de Marsan, Avignon, Nimes…
Has
dado clase allí
Sí…
¿Y
en Japón?
Sí,
en Japón, voy mucho a Japón, casi todos los años voy porque tengo muchos
contactos, con ellos con la compañía de flamenco de allí.
Al finalizar nos confirma que comienza una gira de
un mes en México. Antonio Canales nos despide, como nos ha recibido y nos ha
tratado, con cariño y cercanía, y se despide con un ‘adiós y besos para todos’.
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