miércoles, 11 de marzo de 2015

El Canto del Cisne (Pinturas académicas del Salón de París)


Hasta al 3 de mayo de 2015 podrá visitarse, en las salas de exposiciones de FUNDACIÓN MAPFRE (Paseo de Recoletos, 23, 28004, Madrid), esta muestra que presenta una selección de la mejor pintura académica francesa de la segunda mitad del siglo XIX.
 
Para esta esta ocasión, se reúnen las grandes obras de los pintores considerados académicos en los salones parisinos del siglo XIX. Tradicionalmente, la historia parece haberles concedido sólo el papel de contrapunto necesario para la reacción del impresionismo y del esto de tendencias que parecen conducir directamente a las vanguardias y el arte del siglo XX. Sin embargo, este tipo de pintura, espléndida y refinada, marca una de las páginas más brillantes de la Historia del arte como última heredera de la tradición de la gran pintura.
 
Las obras más importantes de la tradición académica en París fueron adquiridas por el Estado, pasando a las colecciones públicas francesas y, desde su creación en 1986, a los fondos del Musée d´Orsay, lo que casi obliga a la realización de ésta exposición con sus fondos. Este museo ha prestado generosamente y de manera excepcional más de 80 obras de los principales artistas académicos que expusieron en el Salón como Ingres, Gérôme, Cabanel, Bouguereau, Laurens, Henner, Meissonier o Baudry, pero también otros pintores que, si bien no se suelen clasificar como académicos, se integraron dentro del sistema expositivo del Salón, y partieron de la tradición para explorar nuevos horizontes, como Alma-Tadema, Gustave Moreau, Puvis de Chavannes o Courbet.”
 
Una exposición exuberante, luminosa, espectacular…, en resumen llamativa para el espectador.
Obras de gran tamaño, con enorme movimiento de los personajes que allí se reflejan, pero totalmente academicista, por lo tanto criticada por las vanguardias que vieron en este tipo de pintura el contrapunto al impresionismo y demás tendencias que darían paso a las vanguardias del siglo XX.
De todos modos, una muestra altamente recomendable, con pintores, quizá, desconocidos para el gran público…
 
(Con un pero: la mala iluminación que tienen las salas, que no permite contemplar algunas obras en buenas condiciones y hay que estar buscando una zona adecuada para observar detalles que se escapan. En concreto, hay focos dirigidos hacía zonas de cuadros que, por sus reflejos, borran lo que pretender iluminar; otros con escasa luz que no deja ver ese cuadro en concreto…, esperemos que como hay tiempo hasta mayo, corrijan esos problemas…)
 
 

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