El sonido
del silencio: los Juegos Sordoolímpicos llegan a Tokio con un mensaje de
inclusión
Tokio se
prepara para escuchar —con los ojos y con el corazón— una de las celebraciones
deportivas más inspiradoras del mundo. Del 15 al 26 de noviembre de 2025, la
capital japonesa acogerá por primera vez los Juegos Sordoolímpicos,
una cita que reunirá a más de 6.000 atletas de unos 80 países, unidos por un
mismo lenguaje: el del esfuerzo, la perseverancia y la pasión por el deporte.
Estos
juegos, que conmemoran su centenario desde los primeros celebrados en París en
1924, no solo representan una competencia internacional, sino también un
recordatorio de que la comunicación trasciende las palabras. En cada carrera,
en cada salto, en cada gesto compartido entre deportistas y público, late una
manera distinta de entender el mundo.
En los
Sordoolímpicos, el silencio se convierte en un espacio de encuentro. Las
salidas se anuncian con destellos de luz en lugar de disparos, las decisiones
arbitrales se comunican con banderas y gestos en vez de silbatos. Todo está
pensado para que los atletas puedan “ver el sonido”. Este principio, conocido
en japonés como shakuhosho, da nombre a un sistema de señales visuales que
permite competir en igualdad de condiciones.
Más allá de
la técnica, lo que se celebra en Tokio es la fuerza de una comunidad global que
ha hecho del deporte una forma de visibilidad y empoderamiento. Cada disciplina
—del baloncesto al judo, del atletismo a la natación— será una oportunidad para
demostrar que la diferencia no es una barrera, sino una forma de diversidad que
enriquece el espíritu olímpico.
Los
visitantes podrán acceder de forma gratuita a la mayoría de los eventos,
repartidos por 19 sedes emblemáticas de la ciudad, como el Parque Hibiya y el
Tokyo Budokan, el legendario pabellón de artes marciales convertido en símbolo
de convivencia.
A un siglo
de su nacimiento, los Juegos Sordoolímpicos siguen recordando al mundo que la
verdadera comunicación no depende del oído, sino de la empatía. En Tokio 2025,
el silencio resonará más fuerte que nunca.
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