Hay exposiciones que no solo se visitan: se viven.
Eso ocurre
con Expresionismo.
Un arte de cine, la nueva propuesta de la Fundación Canal que acaba de
inaugurarse en Madrid y que estará abierta al público, con entrada gratuita,
desde el 8 de octubre hasta el 4 de enero de 2026. En sus salas, el
visitante no solo recorre un movimiento artístico; atraviesa una época marcada
por el vértigo, la crisis y el deseo urgente de cambiarlo todo.
El expresionismo nació en un mundo que se tambaleaba. Europa se enfrentaba a los fantasmas de la industrialización, la guerra y el desencanto, y los artistas decidieron dejar de reproducir lo que veían para empezar a pintar lo que sentían. De ahí salieron figuras deformadas, paisajes imposibles, colores intensos y una estética que no buscaba agradar, sino conmover. Y si hubo un arte que abrazó esa revolución con entusiasmo, fue el cine.
La muestra
reúne más de 150 piezas entre pinturas, esculturas, grabados y
fragmentos de películas que dialogan entre sí como si siempre hubieran estado
destinadas a encontrarse. Es fácil quedarse hipnotizado ante los trazos
viscerales de Otto Dix o Käthe Kollwitz y, justo después, dejarse atrapar por
la inquietante atmósfera de El gabinete del doctor Caligari o por la
arquitectura futurista de Metrópolis. El resultado es un viaje sensorial
que demuestra cómo las imágenes del lienzo y las de la gran pantalla se
alimentaron mutuamente para contar historias que iban mucho más allá de lo
visible.
La exposición se estructura en tres secciones que funcionan como estaciones en este recorrido emocional.
“Ruptura / Liberación” nos sitúa en el estallido de un mundo que ya no soportaba sus propias normas.
“Forma / Deformación” muestra cómo el arte se atreve a retorcer el cuerpo, la ciudad o la perspectiva para decir lo que las palabras no pueden.
Y en “Sueño /
Trauma” entramos de lleno en lo más profundo del subconsciente, en ese
territorio de sombras donde el arte y el cine se convierten en espejo de nuestras
pesadillas colectivas.
Lo más fascinante es cómo el cine tomó prestados los recursos del expresionismo para crear un lenguaje visual completamente nuevo: juegos de luces que parecen salidos de un cuadro, decorados angulosos que reflejan el caos interior, cámaras que se mueven como si fueran pinceles. En las salas de la Fundación Canal, 19 fragmentos cinematográficos y decenas de fotogramas se entrelazan con 76 obras plásticas para contar esa historia común.
Además, la
experiencia no termina con la visita. Todos los lunes no festivos hay visitas
guiadas gratuitas y a partir del 11 de octubre se ofrecen también talleres
familiares, ideales para descubrir el expresionismo de una forma
participativa y lúdica.
Más de un
siglo después, el expresionismo sigue hablándonos con la misma fuerza que en
sus orígenes. Quizá porque, en tiempos de incertidumbre, seguimos necesitando
esas imágenes que no pretenden representar la realidad, sino interpretarla.
Expresionismo. Un arte de cine no es solo
una exposición sobre un movimiento artístico: es una invitación a mirar el
mundo con otros ojos, a dejar que el arte nos sacuda y, sobre todo, a entender
por qué, a veces, las emociones más profundas encuentran su mejor expresión en
la pantalla grande.
















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