Con la
Procesión de las Turbas...
Situada en
el centro de la Península Ibérica, Cuenca está enclavada sobre un gran espolón
de roca que desafía a las alturas, entre dos grandes hoces formadas por los
ríos Júcar y Huécar. La espectacular situación geográfica de esta ciudad se
debe a la conformación de una ciudad fortaleza en un espacio muy limitado,
entre esos dos grandes abismos. De ahí sus “Casas Colgadas”, el bello barrio de
San Martín, y el resto de construcciones que siguen el mismo patrón
arquitectónico: mirar y colgar hacia las hoces, en busca de espacio.
Precisamente
por esta razón, el 7 de diciembre de 1996 Cuenca fue declarada Ciudad
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a la magnífica preservación
del paisaje urbano original, fortaleza medieval, y a esa excepcional fusión de
la ciudad con el bellísimo entorno natural en que se enclava.
La ciudad de
Cuenca hay que pasearla, deambular por sus estrechas, empedradas y laberínticas
calles de origen medieval, encontrando a nuestro paso fuentes, rincones que
invitan a la meditación e innumerables miradores hacia las hoces, en los que
poder deleitarnos con la belleza del entorno que nos rodea.
Se
recomienda el paseo pausado por sus dos hoces (a 100 metros de altitud),
observando cómo la roca caliza, erosionada por el agua, el viento y el tiempo,
ha adoptado innumerables formas caprichosas.
Cuenca
también está llena de historia, antiguos conventos como el de San Pablo o el de
las Carmelitas, se han convertido hoy en día en Parador Nacional de Turismo y
en la Fundación Antonio Pérez (caprichoso museo de arte moderno).
Antiguas
casas asomadas a las hoces, que hoy en día siguen habitadas, persistiendo el
paso del tiempo. Otras albergan el Museo de Arte Abstracto Español, edificio
que armónicamente mezcla arquitectura y arte suspendido sobre la Hoz del
Huécar. El moderno Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha (ubicado en el
antiguo barrio de la judería) mezcla historia, ciencia, culturas y tiempo.
También
llama la atención al viajero, el peculiar colorido de sus fachadas, recordando
los afamados “colores de Cuenca” utilizados para teñir las lanas que tanta fama
dieron a la ciudad. No sólo el día invita al paseo, por la noche, Cuenca
ilumina sus hoces, proporcionando al paseante una imagen fantástica y
evocadora.
LA PROCESIÓN
DE LAS TURBAS
Además, en
Semana Santa la ciudad adquiere un tono especial con innumerables procesiones
que atraviesan sus calles. Y hay que poner especial énfasis en una de estas, la
de las Turbas… Las Turbas es el nombre popular con el que se conoce a la
procesión Camino del Calvario, la cual se celebra la madrugada del Viernes
Santo en la ciudad española de Cuenca. Forma parte de la Semana Santa de esa
ciudad, que está declarada de interés turístico internacional.
Las turbas
se refieren a la muchedumbre que acompañó a Jesús, camino del Monte Calvario,
entre burlas e insultos, y junto a estos cientos de turbos, el sonido
exasperante de una especie de trompetas, de fabricación casera, desinadas, y
unos tambores que, entre unas y otros, producen un ruido característico a lo
largo de todo el recorrido por Cuenca. Algo que no deja indiferente a cualquier
persona que lo presencie…
Y procesiones, procesiones por toda la ciudad a todas horas del Jueves y Viernes Santo...
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